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Feb

2012

Una oportunidad para la revalorización del sombrero

El 25 de enero, el Gobierno Regional de Piura aprobó la ordenanza Regional N° 233 -2012/GRP-CR, con el fin de implementar medidas e iniciar campañas para contrarrestar los efectos de la radiación solar. Iniciativas parecidas ya se han dado en otras partes del Perú, como en Arequipa y Moquegua, e incluyen el uso obligatorio del […]

Por Diana Aguirre Manrique. 27 febrero, 2012.

El 25 de enero, el Gobierno Regional de Piura aprobó la ordenanza Regional 233 -2012/GRP-CR, con el fin de implementar medidas e iniciar campañas para contrarrestar los efectos de la radiación solar. Iniciativas parecidas ya se han dado en otras partes del Perú, como en Arequipa y Moquegua, e incluyen el uso obligatorio del sombrero como parte del uniforme escolar.

En el artículo 3 de la ordenanza se dispone el uso obligatorio del sombrero de ala ancha en las personas de algunas instituciones del ámbito jurisdiccional del Gobierno Regional de Piura. Esta medida, que tiene un objetivo claro de protección de la salud, nos hace reflexionar sobre la importancia de despertar el interés por el uso del sombrero de paja toquilla, uno de nuestros elementos identitarios caído en desuso y que ahora podría volver a ponerse de moda.

Un poco de historia
Es curioso y hasta insólito que en Piura, la cálida ciudad del eterno calor, no se use sombrero. Soportamos la radiación solar sin preocuparnos de sus consecuencias, desde que en los años 50 del siglo XX, aproximadamente, decayera la moda de uso del sombrero de paja y se empezaran a usar otros tipos de tocado o simplemente ninguno.

Desde el XVIII, y así lo hacen constar cronistas y retratistas de otras épocas, el sombrero fue parte del vestir diario de los piuranos. Es más, en Piura se gestó una de las más importantes industrias sombrereras del Perú que tuvo su apogeo a finales del siglo XIX con el famoso “boom del sombrero”. En ese tiempo, niños, jóvenes, adultos, ricos o pobres usaron el famoso sombrero blanco que, además de servir como protección, era un signo de distinción y parte imprescindible del atuendo diario. Los había de diferentes modelos y calidades. El más famoso fue el tipo “Panamá Hat”, que aún se luce en las mejores pasarelas del mundo y es usado por distintas celebridades.

Lamentablemente, actualmente el tejido del sombrero se realiza a menor escala, pues ya no es un negocio rentable, por lo que poco a poco se ha ido abandonando esta rica herencia cultural.

Si bien no se pretende que volvamos a esas épocas y obligar a todos a usar el sombrero de paja, esta ordenanza puede servir para que vuelva a ser una opción para el piurano, pues el sombrero de paja toquilla, y más si es el fino, es flexible, fresco y de material duradero; es decir, un producto asequible y de buena calidad. Así, quien lo elija para protegerse de los rayos solares estará también, sin saberlo o a sabiendas, revalorizando este artículo del vestir que forma parte de la historia y la tradición piuranas. Y aún más, estará incentivando su comercialización y, con ello, benficiando a los cientos de mujeres que en los centros poblados cataquenses como Narihualá, La Campiña, Pedregal Chico, Pedregal Grande, Molino Azul dedican parte de tiempo a mantener viva esta tradición.

Acciones urgentes
Desde la óptica de la Gestión del Patrimonio, la ordenanza da pie para conocer más de cerca todos los valores del sombrero de paja, no solo históricos, sino sobre todo tradicionales que, desafortunadamente, se vienen perdiendo y que bien podrían formar parte de los contenidos educativos en los colegios de nuestra región o del Perú. Los alumnos podrían aprender sobre el proceso de producción y comercialización, reconociendo en él el fruto del trabajo dedicado de la mujer piurana que mantiene viva la técnica del tejido, transmitida oralmente por generaciones, y que le ayuda a paliar la pobreza en que vive la gran mayoría de los artesanos.

La sociedad necesita cimentar estos referentes de identidad, fuente de valores que permiten reconocer el trabajo de los artesanos de Piura y otras partes del Perú, herederos y depositarios de una técnica que podría perderse por la desidia y la indiferencia, si no se actúa a tiempo.

Urge, por tanto, que se desarrolle un plan de promoción del sombrero de paja, que involucre a los artesanos, buscando su comercialización y el rescate de la tradición, porque estamos convencidos de que “en la tradición encontramos las claves para interpretar el pasado y la reflexión sobre el futuro” (Arendt:1996).

En este sentido, el sombrero de paja toquilla hecho en Catacaos es un patrimonio inmaterial piurano y como tal, no debemos dejar que muera. Empecemos por impulsar su reconocimiento como Patrimonio de la Nación y, a partir de allí, desarrollemos acciones estratégicas de gestión cultural que permitan revalorizar nuestro sombrero de paja toquilla.

Docente.

Facultad de Humanidades.

Universidad de Piura.

Artículo publicado en el suplemento del diario El Tiempo,  domingo 26 de febrero de 2012.

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